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[28-08-2010] La Banda Sinfónica de la Sociedad Filarmónica Alteanense, pone la nota mágica en el Festival de bandas

Se cerró anoche, en el Teatro Municipal, y al que oí definir a varias personas, antes de entrar al recinto como el “Cubo Mágico” de la Cultura torrevejense, con la actuación de la Banda de Altea. Previamente y desde la Plaza de la Constitución, se realizó el pasacalles habitual, que fué aplaudido por las personas que llenaban las terrazas durante su recorrido. El Teatro presentaba un lleno absoluto, como en cada una de las sesiones de esta edición. Presidía el concierto, el Primer Tte. de alcalde, Eduardo Dolón, al que acompañaban la Reina de la Sal, Marina Guillamó, su dama Alejandra Pons, los concejales, Tomás Arenas, Agustina Esteve y Lupe Díaz, así como el Presidente de la Sociedad Musical Los Salerosos, Guillermo Hernández Samper y el director de la Banda de Carabineros Italiana, Massimo Martinelli.

Francisco Reyes, presentador de la velada introdujo a la banda y su director, Jordi Francés Sanjuán, que inicio su actuación con un alegre pasodoble valenciano, “Al meu iaio”, completando la segunda parte, con un selecto repertorio clásico que incluía obras de Tchaikovsky, Schotanovick y Appermont. Ya en la segunda parte, se ejecutaron unas piezas mucho más ligeras , entre las que podemos destacar una sublime versión de “La chica de Ipanema”, “Tequila”, “sing, sing, sing” , y la conocida “El cumbanchero”, de Rafael Hernández. Tras los reconocimientos oficiales, se dieron varios bises, que alegraron el cierre de la actuación de esta prestigiosa Banda, laureada en muchos certámenes y que dio muestra de su buen hacer, poniendo la nota “mágica” al Festival.
Quiero destacar desde estas líneas, la vitalidad y expresividad del director de la banda, cuya imagen, viviendo cada una de las interpretaciones de su banda perdurará en nuestras retinas. Hoy que ya termina el festival a falta de la gala de clausura que hoy celebraremos, con la participación conjunta de la banda anfitriona y la italiana, quiero insistir en la circunstancia que se crea al final de cada actuación, con la “desbandada” de ciertas personas, que demuestra poco respeto y amor a la música, cuando más de diez minutos antes de terminar el acto, abandonan sus localidades, no para irse, que sería lo lógico, sino para permanecer de pie, o sentados en los accesos a las butacas dando una imagen penosa y de falta de respeto a las bandas que actúan.

Artículo de Ob Torrevieja